Casa Gerardo

Este es otro de esos post que relata la crónica de una visita especial para nosotros. Os vamos a contar como fue nuestra experiencia en uno de los restaurantes mas famosos de toda Asturies. Se trata de Casa Gerardo, situado en Prendes. Llevábamos bastante tiempo con la intención de comer en este sitio,  muy nombrado en toda la Asturies gastronómica y laureado con una Estrella Michelín. Realizamos una reserva telefónica con la intención de acudir a comer un día por semana.

casa gerardo

Tras aparcar el coche en uno de sus aparcamientos, nos presentamos en la entrada y amablemente nos acompañaron a nuestra mesa. El local consta de de dos pisos, en esta ocasión nos sentamos en el piso inferior.

Fuimos con un menú degustación cerrado, el  Suculencia 11, por lo que no hubo nada que decidir excepto la bodega. Transcurridos muy pocos minutos llegaron los primeros entrantes a la mesa. Lo primero que probamos coincidió con la primer sorpresa, un cóctel sólido de manzana impregnado en tequila con unos granos de sal. La sensación era de estar tomando un golpe de tequila en formato sólido. Muy rico y refrescante.

manzana con tequila y sal

Continuamos con una serie de entrantes, el primero de ellos fueron unas albóndigas que se deshacían en la boca y tenían un sabor exquisito. Si el resto de la comida iba a ser así, estábamos ante un jornada que olvidaríamos con mucha dificultad.

albóndigas

Una crema de tortilla de patata, con un sabor muy suave y sutil sobre un crujiente tipo chips.

crema de tortilla de patata

Unos originales y crujientes nidos con una suave crema en su interior. Piezas de un bocado ideales para comer con las manos y perfectas para ir abriendo boca.

nidos

El primer plato del menú fue un licuado de verduras y espuma de agua de mar nos dejó en la boca sabores fuertes, texturas diferentes, frescura con el color verde como protagonista. La carne de ostra era la protagonista del plato, con una ternura a la altura de las expectativas.

ostra helada

A continuación llegó otro plato ligero, que ayudó a ir subiendo poco a poco en contundencia el ritmo del menú. Una especie de ensalada compuesta por manzana, corazón de tomate, alcaparras, pepino y con la sorpresa del chocolate blanco y el café para cerrar la receta.

manzana, tomate, alcaparras, pepino, chocolate blanco y café

Empezamos a añadir un poco de proteína animal al menú con unas anguilas ahumadas, quisquilla en golpe de plancha sobre una base de hojas de espinaca y jugo de cítricos. La ternura de la anguila y las quisquillas era asombrosa, teniendo en cuenta la sensación que daban de estar poco hechas pero con una textura perfecta. Otro gran plato con muy buen sabor, uno de los que mas nos gustó del menú.

quisquillas, anguila ahumada y espinacas

Seguimos con unas esfericicaciones de vinagre, soja y aceite de oliva con láminas de nabo y salsa de anchoa para acompañar a unos bocartes. Otro plato original donde mezcla el pescado con el nabo con un aliño en forma de esferas de gelatina.

bocarte, nabo y jugo de anchoas

Otro plato con el mundo vegetal como protagonista. Una ensalada con salsa de merluza aceite y pistachos, todo ello cubriendo un tierno cogollo de lechuga.

cogollo a la crema

Llegamos a la parte fuerte del menú. El primer gran plato fue un lomo de salmonete con crema de coliflor y viso. Una pieza de pescado de alta calidad preparada magistralmente. El plato necesario para convertir y terminar de convencer a los que no les gusta el pescado.

lomo de salmonete

En cuanto a la carne, pudimos probar una codorniz en su jugo con hongos y crujientes de maíz. Otra ración complementada con toda la intención para hacer un plato difícilmente mejorable, de los que te quedas con ganas de probar mas.

carne

Y por fin llegamos al primer plato de cuchara. Su excelencia la fabada. Uno de los grandes reclamos de este restaurante a lo largo de su historia. Tenemos que reconocer que con la fabada tenemos un problema. Es la segunda vez en nuestra vida que comemos fabes en un restaurante. Preferimos probar platos que nos sorprendan, que nos enseñen cosas nuevas. En varios sitios habíamos leído que la fabada de Casa Gerardo era la revisión definitiva de esta receta, llegando a la excelencia. Nuestra experiencia fue la probar una fabada muy correcta, realizada con buena materia prima y con conocimiento de causa, pero con la dificultad añadida de la inevitable comparación con la de nuestra familia.

fabada

Seguimos con una crema de queso Máximo de Rey Silo con cítricos y chocolate. Una mezcla curiosa que compaginaba perfectamente en el paladar. Era la puerta de entrada a la recta final de los postres.

crema de máximo de rey silo, cítricos y chocolate

En un vaso, una mezcla de ron, mantequilla de ron y jengibre, propuso una curiosa mezcla a nuestros sentidos. Se notaba la presencia de alcohol, pero en la cantidad suficiente para no matar el resto de matices.

ron, mantequilla de ron y jengibre

Tras 14 platos y una ausencia total de cualquier resto de hambre, la comida iba llegando a su fin. Junto con la fabada, es muy nombrada la crema de arroz con leche que se puede degustar en este restaurante. Nos pasó un poco lo mismo que con les fabes. La crema estaba bien cocinada, con buen sabor y textura, pero resulta una receta demasiado conocida para nosotros como para sorprendernos o recordarla durante tiempo.

crema de arroz con leche

Para terminar, llegaron junto con las infusiones, una mezcla de unos exquisitos chocolates variados. Un buen final de chocolate para una gran comida.

postre de chocolates


PUNTUACIÓN:
  • Comida: 9
  • Calidad/Precio: 8
  • Ubicación: 6
  • Accesibilidad: 7
  • Decoración: 7
Total: 37 ptos

La comida estuvo acompañada de una botella de Verdejo y agua. En las mesas de alrededor había gente comiendo, procedente de diferentes partes del estado español, que hicieron hincapié en los platos más tradicionales que a nosotros nos pasaron mas desapercibidos y pasaron por alto los que, a nosotros, más nos llamaron la atención. El servicio tuvo la corrección que se exige en un restaurante de este tipo, viniendo Marcos Morán a nuestra mesa para preguntarnos si todo estaba de nuestro agrado. El precio del menú fue de 75 € por comensal, bodega a parte. Si te gusta comer bien, tienes que ir a Casa Gerardo y luego decidir si es un restaurante bueno o superior.

Carretera AS-19, Km. 9,
Prendes, Asturies.
985887797
reservas.casagerardo@gmail.com
restaurantecasagerardo.es

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